Entrar en la oficina, el rayo de sol que la inunda y un olor muy agradable, familiar..
Preparar una bandeja para meter al horno, inspirarme con "nos sobran los motivos" y ponerlo de fondo. Siempre me acuerdo de poner la música cuando ya acabé de hacer lo que sea
Ver a una pareja que aprecio muchísimo. Verlos riéndose. Y que se dan la mano. Fue un subidón porque sé lo que tienen alrededor.
El ruido de mi cafetera mientras espero que salga el café. Ese olor a café recién hecho. La taza que humea. Saborear esos minutos antes de salir de casa. El cerebro está en plena efervescencia pero siempre me dejo esos minutos para tomarme el café con calma.
Las respuestas, caras, miradas y gestos de mi hija. Cada vez me cuesta más separarme de ella. Cada vez encuentro más a la cómplice. Es mi hija, no mi amiga, lo sé, pero está ahí siempre. Me escucha. Me cuenta. Nos reímos. Nos enfadamos. Nos perdonamos. Como dice ella "y ya está, no pasó nada".
Hoy celebramos el cumple de mis padres. Aunque el día fue el martes pasado. Pero hoy nos juntaremos hijos y nietos. La semana pasada hubo un día en que nos sentamos mis padres, mis hermanos y yo. Solos los cinco. Hacía años, años, años... que no éramos sólo cinco. Fuimos seis cada vez que vino una de mis abuelas a vivir con nosotros pero, además, fuimos siete. Ocho. Nueve. Siete. Seis. Nos fuimos, volvimos. Ellas se fueron .. para no volver. Los niños vinieron para quedarse.. Y hubo gente, por desgracia, de paso cuando todos pensábamos que sería para siempre.
Así que hoy vamos a ser 9. y lo celebraremos...y espero que el año que viene seamos otra vez 9, como mínimo.
Y así, pincelada a pincelada, se va haciendo mi día a día. Echo de menos no pasar más por aquí y no comentar (porque os visito en silencio) pero.. todo volverá a su lugar..