Caminante no hay camino... se hace camino al andar ya que no importa el destino, sino el viaje... (mix entre Machado y Louis L’amour)
Y cogimos la moto.
Y decidimos ir por la costa. Por la Costa da Morte.
El tramo de Muros a Fisterra es, simplemente, espectacular. La carretera no es apta para propensos al mareo. Ni para quien no le guste viajar. La carretera está hecha para disfrutarla. Porque detrás de cada curva hay una sorpresa. Porque a la derecha el verde y a la izquierda el azul. Porque es sinuosa, derecha, izquierda. Para descubrir, tras cada movimiento, sitios con encanto. Momentos. Detalles.
Como la playa de O Pindo. Maravillosa.
La cascada de Ézaro. La forma el río Xallas en su desembocadura. Y es el único río de Europa que desemboca en una cascada. Y es tan espectacular, como esto,
Desde arriba, desde el mirador de Ézaro, fotos de las mías, contra el sol, al azar.
Costa da morte, Fisterra.
Fin do mundo.

Fin de peregrinación.
Compañera de viaje
Se llama Costa da Morte, con razón. Pero para mí, este sábado fue Costa da Vida.
Y una vez más doy fe de lo enamorada que estoy de mi tierra. No creo que ningún lugar sea mejor que otro, ni más bonito. Todo depende de uno mismo y cómo lo quiera ver.
Pero sé que conocer Galicia, vale la pena.