Charlton Heston

Me parece increíble que a estas alturas aún no haya hablado de él.

Cada vez que se muere algún actor de la era dorada de Hollywood (ya quedan muy pocos) a mí se me muere algo dentro. Se me muere la inocencia de mi infancia; se me muere un poco, la ilusión por ver una película, el cosquilleo cuando oigo la música de la 20th; se muere un poco de mí misma. Porque crecí con ellos, porque mis mejores recuerdos de puertas adentro era cuando todos nos sentábamos a ver una peli juntos.

Pero es que, además, en mi casa Ben-Hur es un gran recuerdo. Hace muchos años estábamos de vacaciones en Asturias y en un cine la proyectaban. Allá nos metieron mis padres de cabeza, a pesar de ser unos críos muy pequeños y estar ante una doble sesión con intermedio “visite nuestro bar” incluido. Mis hermanos y yo estábamos pegadísimos a la butaca. En el momento de la carrera de cuadrigas estábamos nerviosísimos, saltábamos en la butaca, mi hermano el pequeño no pudo más…cuando Judá Ben-Hur empieza a coger una cierta ventaja… “papá, papá, van ganando los blancos!!!” y eso… cuando estás en plena descarga de adrenalina.. provocó una carcajada general en el cine.

Mi otro paraíso perdido, la casa de mis abuelos, cuando nos juntábamos todos los primos… nunca veíamos la tele (excepto el festival de Eurovisión), pero ese día, la camisa blanca desabrochada de Charlton Heston nos atrapó. Era Cuando ruge la marabunta.

Para mí Heston es mucho más que El Informal y, por supuesto, mucho más que el hombre enfermo a quien ridiculiza Michael Moore. Odio las armas y su uso y abuso en EEUU pero… Charlton Heston es un poco de mi infancia y para mí, siempre, será uno de los actores que más enamorada me tuvo cuando yo no sabía ni qué era eso.

Y, en clase, lo homenajeo todos los años, a él y a Orson Welles de un golpe: el plano secuencia inicial de Sed de Mal. Imprescindible.

Me gusta mucho este columnista, César Casal. Y me gusta mucho lo que aquí dice.

CORAZONADAS : Charlton Heston

César Casal

Publicado en La Voz de Galicia el 10 de abril de 2008

A los muertos es normal echarles flores. Cuando muere un famoso, se dice lo estupendo que era. Con Charlton Heston está pasando lo contrario. Se subraya su apoyo a la asociación del rifle y se pasa de largo por todo lo que hizo. Se olvida que las armas en Estados Unidos están recogidas en sus leyes y son una forma de vida, que no comparto, pero que nace en el vaquero que se afeita con el cuchillo. Walt Withman cita al rifle una y otra vez en sus poemas. A Heston se le recuerda por las armas gracias al documental de Michael Moore, que lo ridiculizó en su propia casa. Por cierto, con poco estilo para ser Moore un paladín de la izquierda. Hay malas personas y demagogos en la derecha y en la izquierda. Heston cumplió el dicho y fue revolucionario de joven y conservador, de mayor. Apoyó a Kennedy y a Luther King y terminó del brazo con Reagan y los dos Bush. Pero hizo cosas estupendas. Poner rostro a Moisés, al Cid, a Ben Hur. Ayudar a Welles, que hablaba maravillas de él, para rodar Sed de mal y hacer lo mismo con Peckinpah, para que terminase Mayor Dundee . Por no comentar su visionaria participación en El planeta de los simios , una obra que nos resume muy bien a los humanos. Con Heston no se va solo un matón con pistolas. Se van el cartel de cine a tamaño gigante y un hombre singular que maldijo las guerras postrado de rodillas ante una estatua de la Libertad enterrada en la arena.

Y, por supuesto, el gran momento,