Me hago mayor

El viernes, ella durmió con su tía y sus primos. Nosotros salimos. Cena perfecta. Entorno perfecto. Conversaciones agradables y, sin hacer mucho esfuerzo, hablamos poco de las niñas y del trabajo y mucho de nosotros, de cosas que nos gustan, de experimentos fotográficos y de Man Ray. Todo perfecto.

Tomamos dos copas. En un local que tiene fama de garrafón. Me pasé todo el sábado deshidratándome, sin poder comer, ni beber. Sintiéndome fatal. Con un montón de cosas por hacer porque el domingo teníamos invitados.

Daniela tiene un cumple (y van... y los que quedan) la llevo y la dejo (el cuerpo, el alma y el espíritu no me dejan hacer mucho más). A la vuelta del cumple quiere dormir en casa de su amiga del alma. Y la dejo. Ya van dos noches seguidas fuera. La tía está encantada. Hay niños que no quieren dormir fuera de casa, ni de coña. A la mía le pasa como a mí, yo siempre quería dormir fuera. Me encantaba. A ella también.

El domingo, invitados. Por suerte, ya estoy recuperada. Nos organizamos para dejar todo preparado, para tomar el aperitivo con ellos fuera. Para disfrutar del domingo. Aperitivo, comer tarde y mucho, larga sobremesa, la nespresso echando humo, la licorera (preciosa palabra) bajando hasta llegar a cero.... se despiden.

Decido que aunque ya son las ocho de la tarde necesitamos ir a dar una vuelta.. llevamos toda la tarde en casa.. cogemos la bici... vamos a la "plazuela" donde ella juega siempre, no hay nadie y dice "vamos a la cafetería que seguro que están allí mis amigos".

Nosotros estábamos deseando "airearnos" pero... ganó ella. Y fuimos a donde, efectivamente, estaban mis amigos con sus hijos, que, por ahora, son los amigos de ella.

Entre la independencia de ella.... la intensa "vida social" nuestra del fin de semana... ayer por la noche no teníamos ganas ni de hablar.... creo que necesitaba el lunes para recuperarme del fin de semana. (definitivamente, me estoy haciendo mayor)